Los pasajeros tienen asumido que los retrasos son inherentes a los desplazamientos por vía aérea. Ya de por sí se producen al recurrir a medios de transporte menos complejos, como podrían ser los autobuses o los trenes, por lo que no es de extrañar que los vuelos los sufran cada dos por tres. Si las demoras superan las tres horas, puede solicitarse una compensación.
Ni siquiera las compañías aéreas con mayor fama a nivel mundial se libran de los retrasos. Por supuesto, en las low-cost son si cabe más habituales. Es el caso de la popular aerolínea húngara cuyos retrasos llevan a tantos pasajeros a tramitar una reclamación a Wizz Air con la que, como mínimo, obtienen 250 euros.
Tal vez creas que los retrasos de más de 180 minutos no acostumbran a producirse, pero nada más lejos de la realidad. De hecho, en lo que llevamos de año ya han tenido lugar una enorme cantidad de ellos en todo el continente europeo.
De los diversos retrasos que se han registrado en los vuelos en 2024, uno de los más virales es uno en concreto que tuvo lugar el 29 de febrero. La aerolínea afectada fue la anteriormente mencionada. Pero, ¿qué es lo que sucedió exactamente?
El último día del mes de febrero, el vuelo 4115 de Wizz Air salía de Belgrado con total normalidad para dirigirse a Barcelona, pero no recorrió demasiadas millas. Y es que poco después de despegar, recibió una amenaza de bomba cuya autoría se desconocía.
Aunque en un primer momento no se reveló a los pasajeros el motivo real del regreso a las instalaciones aeroportuarias conocidas como Nikola Tesla, cuando aterrizaron en el mismo punto de origen se les comunicó que se trataba de una amenaza de bomba y que el avión debía ser revisado a fondo.
Por motivos evidentes, los pasajeros se mostraron nerviosos y angustiados ante el hecho de que, unos minutos antes, habían estado volando en un vehículo que podía contener algún tipo de explosivo en su interior. Finalmente no fue así.
Los expertos en la materia se encargaron de verificar la nula presencia de explosivos. Las tareas tardaron bastante en concluir, ya que la inspección debía realizarse a fondo, abarcando todas y cada una de las partes que conforman el avión. Es por ello que el vuelo se retrasó hasta el día siguiente.
Es innegable que se trata de un retraso propiamente dicho, puesto que el avión no salió en dirección a Barcelona hasta el día siguiente. Es decir, pasaron mucho más de tres horas respecto al horario inicialmente programado. Sin embargo, este caso poco tiene que ver con aquellos en los que sí se tramita una reclamación a Wizz Air.
El avión de la aerolínea húngara sí despegó a la hora programada. Sin embargo, poco después tuvo que regresar al punto de origen, al no saber si la amenaza de bomba era real o no.
Finalmente, tal como sucede en la práctica totalidad de casos, fue una falsa alarma. Sin embargo, el hecho de haber despegado no es lo único que exime a la compañía de compensar a los pasajeros. Y es que todos ellos recibieron un trato muy bueno por parte de dicha aerolínea.
Wizz Air no dudó en ofrecer un hotel a aquellos pasajeros que lo requerían con tal de descansar hasta el día siguiente y retomar la ruta que querían llevar a cabo, es decir, Belgrado-Barcelona. Al no sentirse gravemente perjudicados, lo cual suele suceder al no recibir ningún tipo de ayuda por parte de la compañía aérea, los pasajeros decidieron no reclamar a la empresa.
Por desgracia, no es la primera vez que se produce un escenario como el que hemos descrito en anteriores líneas. Lo cierto es que Wizz Air tiene que lidiar cada dos por tres con falsos avisos de bomba, los cuales llevan a los comandantes a tomar la mejor decisión posible: regresar al aeropuerto de origen o aterrizar en el más próximo.
Pocos días antes de que se produjera ese importante retraso en Belgrado, volvió a suceder lo mismo, aunque en esta ocasión la desagradable situación la vivieron los pasajeros que iban de Georgia a España -concretamente un vuelo de Kutaisi a Barcelona.
Aunque se desconoce el motivo, parece ser que aquellos vuelos cuyo destino es la capital catalana son los preferidos por quienes hacen falsos avisos que acaban pagando caro no solo los pasajeros, sino también las compañías aéreas que pierden mucho dinero en forma de compensaciones.
De nuevo, no se halló ningún tipo de explosivo en el avión tras ser evacuados sus pasajeros, mientras que el culpable fue detenido por la policía y tendrá que enfrentarse a una dura pena de cárcel.