En la actualidad nos pasamos el día corriendo de un lado para otro, atendiendo mil asuntos diferentes, cumpliendo en el trabajo, cuidando y educando a nuestros hijos e intentando encontrar tiempo para actividades y reuniones con familiares y amigos.
El resultado es una vida frenética en la que no tenemos ni un momento de respiro, lo que en muchos casos genera ansiedad y estrés.
A continuación, te ofrecemos una serie de sugerencias para combatir el estrés y llevar una vida más saludable.
Una buena manera de comenzar el día es dedicar un poco de tiempo a meditar. La meditación te ayuda a ordenar tus ideas, a estructurarte y a tener claro qué es lo importante y cuáles son tus prioridades. Además, dedicando cada mañana unos minutos a la meditación, estás lanzándote un mensaje a ti mismo sobre la importancia que tiene quererte y cuidarte.
La higiene personal es fundamental para tener una salud de hierro y alcanzar el bienestar. Una buena ducha siempre es perfecta. Por las mañanas, te activa y te prepara para lo que viene. Por la tarde o por la noche, te relaja y hace que te sientas en calma y en paz contigo mismo.
Y si darse una ducha es un remedio infalible para la ansiedad, imagina lo que disfrutar de algo tan maravilloso como las duchas antiestrés. Es como si tuvieses un spa en tu propio hogar.
Cada día tenemos que hacer frente a una serie de obligaciones. Es importante que el día antes hayas definido las tareas que deberás realizar. De esta manera sabrás qué es lo que tienes que hacer y no tendrás que andar improvisando, algo que suele provocar desajustes y más angustia.
Una vez que hayas agendado tu día a día, es importante que respetes los horarios establecidos. Para conseguirlo es básico que realices un análisis realista y dediques a cada cosa el tiempo que requiere.
Y, por supuesto, no olvides reservar algo de tiempo –si no de manera diaria, sí semanalmente– para realizar alguna actividad o hacer algo que te guste de verdad y que aporte felicidad a tu vida.
El deporte es una de las mejores opciones que tienes a tu alcance para mejorar su salud física y mental.
Realizar actividad física moderada va a favorecer que te sientas mucho mejor y que escapes de la tensión del día a día. Si haces deporte, comprobarás fácilmente que tu estado de ánimo mejora y que te sientes con más energía y vitalidad.
El estrés es un enemigo silencioso. Es muy normal que te haga pensar que te faltan horas en el día y que no llegas a hacer todo lo que quieres o necesitas. Y puede que sea verdad, por eso mismo vas a tener que priorizar unas cosas sobre otras, pero hay algo que es innegociable y que no puede te faltar: el descanso. Así que no olvides dormir a diario, al menos, unas siete horas. E intenta que sea un sueño profundo y reparador.
No olvides llevar una alimentación sana y equilibrada en la que predominen las frutas y las verduras. Eso no quiere decir que no puedas comer de todo, pero tendrás que hacerlo en su justa medida. Claro que puedes hacer alguna comida grasienta o tomar bebidas azucaradas, pero deben ser ingestas esporádicas y no habituales. Haciéndolo, combatirás el estrés, la ansiedad y otras enfermedades comunes a día de hoy como la hipertensión, la diabetes o el colesterol alto.
A veces nos desvivimos por los demás y nos olvidamos de nosotros mismos. Pretendemos agradar a los demás e intentamos hacer todo lo que nos piden y cumplir con sus deseos. Y eso, aunque lo hagamos de mil amores, puede generar más estrés y ansiedad, ya que, en ocasiones, estaremos echando más piedras en la mochila.
Ten en cuenta que, para poder hacerle la vida más fácil a los demás, necesitas sentirte en equilibrio, sin presión, de otro modo estarás más irritable y no encontrarás satisfacción en ayudar a los demás. Así que, no te olvides de que tú vas antes que los demás: piensa en ti antes que en otra persona.